El conocernos no fue algo llevado por la casualidad, si no que yo lo busque, yo te vi y te quise tener al lado mío para siempre.
Así retando al mismo destino y tratando de tocar el sol con mis manos, me acerque a ti dispuesto a inmolarme con tu negativa, pero esto no ocurrió y es así como comenzó todo.
Yo mirándote desde la banca esperando que pudiera entrar yo al gran juego de mi vida, mirándote con estos ojos, los mismos que pone un niño ilusionado esperando la navidad a que le llegue su espada de star wars.
Te mire y ya desde el mismo momento en que te abrase te ame.
Como nunca antes lo había echo, descubrí un sentimiento nuevo que lo debo plasmar en lo mas profundo de mi ser para no olvidarlo, y es que en el amor como ya dicen es un arma de doble filo en la cual das todo apuestas todo a ganador pero cuando esto se termina todo eso queda y se devuelve como una navaja.
Y así como el mismo Ícaro que se acerco mucho al sol y se le quemaron las alas es que yo cae al mas profundo abismo en donde convertí mi hogar en un país.
Es así como nuestra historia fue fluyendo, como una historia normal con altos y bajos, con momentos de triste y mas de alegría, donde inventamos un mundo con una nueva forma de hablar, significados nuevos e ideas que planeamos. Es normal lo que pasa ahora en el que tu abordaste un barco a las tierras nuevas del otro continente, pero yo acá me quede en el muelle esperando cada día tu vuelta así como hachiko que espero a su amo hasta morir. Me e quedado volviendo al mismo lugar cada día a la misma hora, siempre haciendo lo mismo y vistiendo de la misma manera por si acaso te olvidaras de mi.
Es asi como nace la historia del capitán que espero mirando al mar sin una barcaza, pero volviendo todos los días y haciendo lo mismo en el mismo lugar que se a convertido en su nuevo hogar.
